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R.M.Z

"Yo controlo". Esta es la famosa frase, la frase que tantas y tantas veces hemos dicho, yo no me engancharé, yo se de qué va esto, se hasta donde puedo llegar, a mi nunca me ocurrirá lo que a fulanito o a menganito, NUNCA. 
Bueno, pues eso también lo pensaba yo, empiezas con unas invitaciones, luego ya te juntas con alguien y empiezas a pillar medio gramo, pero el círculo se va ampliando y de ponerte en alguna fiesta "muy especial" pasas a contruir fiestas y eventos todos los fines de semana por el simple hecho de que quieres volver a ponerte. Pasan, en muchos casos unos meses, en otros años. Fuí consumidora de cocaína durante 12 años y claro, YO TAMBIEN CONTROLABA. 
MENTIRA, esto no se controla, después de 12 años de consumo, al principio esporádicamente y poca cantidad, al final caían los gramos como la nieve en la sierra, a puñados, terminas queriendo morir. 
A día de hoy, después de más de 8 años limpia, puedo decir que se destruyó un matrimonio, una familia, muchas amistades, y mucha salud, pero hay formas de salir, hay especialistas, está la familia y sobre todo la fuerza de voluntad de cada uno. 
Sólo digo una cosa, cuando se deja, la vida vale más, las pequeñas cosas valen más y tú mismo vales más, pero cuesta tanto dejarlo........, que nadie se engañe, esto mata, pero no sólo a la persona sino a todo lo que le rodea.".
Un saludo

http://www.lasdrogas.info/guias-jovenes-testimonios.html

Lorena

Hola mi nombre es Lorena, tengo 20 años de edad, vengo de una familia disfuncional, tengo 4 hermanos.

Recuerdo que en mi infancia mi relación con mis hermanas y padres era muy unida, ya que convivíamos y nos divertíamos en familia. Cuando tenia la edad de 10 años aproximadamente le detectaron unproblema de salud a mi padre, que esto causo muchas preocupaciones por parte de mis hermanos y mi madre, a causa de esto toda la atención fue dada a mi padre, el cual yo me sentí rechazada por mi familia.

Yo sentía una gran soledad y rechazo, ya que no entendía la enfermedad de 

mi padre, así que opte por salir a divertirme, y fue como encontré otro tipo de vida, que fueron las drogas, alcohol y las fiestas. Yo comencé a los 11 años a tomar, ya como a los 14 o 15 años, ya era alcohólica, mis padres no se daban cuenta ya que ellos tenían responsabilidades en su trabajo y cuando se dieron cuenta quisieron remediarlo con castigos, pero ni ellos ni yo sabíamos que ya era una enfermedad, el alcohol ya no me satisfacía mucho ya que no me hacia mucho efecto, fue entonces cuando me ofrecieron por primera vez una tacha, la cual acepte, me gusto por que en ese momento sentí otro tipo de satisfacción, y me gusto; ya que su efecto era alucinógenos me sentía como si el mundo fuera mió y me olvidaba en ese instante de todos los problemas, probé la mota, cocaína, inhalantes, psicotrópicos, entre otros.

El tiempo que duro esa terrible obsesión a las drogas fue de 4 años y medio. Empecé a vender droga para saciarme, y cuando no me bastaba o no tenia dinero, empecé a hacer algunas transacciones con tarjetas de crédito, para tener más dinero y así poderme divertir a lo máximo. Hasta que un día me iban a agarrar los policías y me dio miedo. En esos momentos mis amigos me compartían la droga.

Tengo 59 años. Hace 21 meses que no consumo tóxicos y dejo atrás una historia de más de 30 años de adicción a psicofármacos (anfetaminas y derivados, benzodiacepinas y alcohol). En el tratamiento de estos años he perdido después de 25 años de matrimonio, al amor de mi vida, el puesto de trabajo, amigos, salud y… casi a mis hijos.

Soy médico y empecé a tomar anfetaminas en la carrera. Al acabar seguí tomándolas en forma de sus derivados (pastillas para adelgazar, para S.D.H.), a los que posteriormente tuve que añadir benzodiacepinas para calmar la ansiedad que me provocaban las anteriores, y finalmente añadí alcohol como sustituto de las benzodiacepinas.

“Desde los 15 años mi vida se fue convirtiendo en un infierno en el momento que entré en contacto con las drogas. Me sentía desgraciado y no sabía por qué, veía que las personas de mi edad eran felices y yo no, pero cuando empezaba a consumir toda esa pena y angustia desaparecía.

Así que cada vez empezaba a consumir antes para dejar de sentirme mal. Todo esto sin saber lo que me pasaba así que, seguía consumiendo drogas. Mi vida iba de mal en peor, mi pareja me dejó, mis amigos siguieron su camino mientras yo consumía y me aislaba del mundo y en mi familia todo eran problemas por culpa de mi adicción. Tuve varios ingresos en hospitales por mi consumo descontrolado, en alguno de ellos peligró mi vida.

En uno de estos ingresos apareció una persona que me convenció para ponerme en tratamiento. La verdad es que yo no quería, no podía imaginar mi vida sin drogas. Pero viendo el desastre que había en mi vida decidí intentarlo. Para mí lo mejor fue cuando me explicaron lo que me pasaba y vi que le ocurría a más personas, no estaba solo, para mí fue un descanso. A partir de ahí empezó mi tratamiento, hoy día llevo dos años sin consumir y asisto todas las semanas a las terapias de Andasol. Mi vida no ha cambiado, simplemente es otra. He aprendido gracias a mi terapeuta y a mi grupo de terapia a vivir sin drogas y hacerlo feliz. Es fácil, siempre que se tenga el deseo de salir de ese infierno.”

http://www.lasadicciones.es/testimonios-escritos/94-testimonios-de-un-adicto-en-tratamiento-ronda

Mª José C.

"La triste realidad es que era demasiado joven y me dejé llevar por las circunstancias y por qué no decirlo, por los amigos… A mis 17 años me veía allí plantada, inclinada sobre la mesa mirando aquel polvo blanco, "accedí a la invitación y esnifé mi primera raya de coca en aquella larga noche donde caerían los gramos a pares. Fue el principio de los 5 años que duró mi pesadilla, presa de mis mentiras, de robos de dinero en casa, de días sin aparecer ni dar señales de vida, de abandonar mis estudios, la culpable de los llantos y las penas de mis padres… Una agonía que mata en vida, pero es tu vida hasta que no decides lo contrario y quieres cambiarla.
Desear morir y morirte es lo mejor que te deseas cuando estás enganchado a la cocaína, no se puede vivir sin ella. ¿Alguien se imagina poder vivir sin aire? Los ataques de ansiedad te oprimen el pecho cuando te terminas la última bolsa, ya no hay más dinero pero necesitas más y más y más… Te desesperas, el corazón late con una fuerza descomunal, la nariz llena de sangre y heridas producidas por los cortes que genera la coca al esnifarla, no comes, no duermes, la depresión es tu pan de cada día… En el infierno se puede estar mucho mejor, creedme. 
Ahora tengo 24 años, mi existir en este mundo ha cambiado desde que afronté mi enfermedad y abrí los ojos. Busqué el apoyo de mis familiares y ayuda en un CAD, junto con todos ellos y mis ganas de superación hoy puedo gritar que: SOY EX-COCAINÓMANA!!! Llevo 2 años y medio sin consumir y así me mantendré hasta el día que me muera porque mi vida vale más que ese maldito polvo blanco!!!"

http://www.lasdrogas.info/guias-jovenes-testimonios.html

E.C.H

"Soy una chica de 20 años enganchada al cannabis.Nunca pensé que llegaría a esto. Al principio no le ves el riesgo, porque sólo consumes de vez en cuando. Lo peligroso es cuando recurres al cannabis para conseguir algo determinado. En mi caso es para relajarme. Al principio fumaba con amigos y nunca en mi casa, pero derrepente un día tuve un problema, que me puso muy nerviosa y decidí fumarme un canuto para relajarme. Esto es muy tentador, porque es más fácil fumarte un porro que aprender a relajarte, sobre todo para mí que soy muy nerviosa. Así que, a partir de ahí, cada vez que estaba nerviosa o que había pasado algo durante el día que no me había gustado, fumaba. Ahora me arrepiento, porque no se relajarme sin fumar y esto me hace sentir fatal. Tendría que haber probado otras vías, como el yoga, la relajación o haberlo consultado con un psicólogo, pero preferí optar por la vía fácil y ahora estoy pagando las consecuencias."

http://www.lasdrogas.info/guias-jovenes-testimonios.html

Daniel

Vómitos, escalofrío, taquicardia y un trastorno psicótico fueron el anuncio de que lo peor de los ocho años de adicción a las drogas de Daniel Díaz Díaz, se venía.
Tendido en una colchoneta en la sala de su casa del sector Rafael Núñez, en Olaya Herrera, el cartagenero, de 30 años, sentía que se moría y que no vería crecer a su pequeño hijo.

Una sobredosis tuvo a Daniel al borde de la muerte. Tras 16 días en coma, él todavía hoy no se explica cómo logró salvarse, pero tiene algo claro y es el firme propósito de no volver a caer en el abismo que, como asegura, le quitó el valor, la voluntad, la confianza, el amor de su familia y fue cerrando todas las puertas a su paso.

Daniel creció rodeado del amor de sus padres, pero el fracaso en una relación amorosa, a sus 22 años, lo impulsó a buscar en el alcohol y las drogas un alivio, aunque fuera momentáneo, al dolor que sentía en aquel momento.

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